Una noche de Emoción Romántica.
No importo la duda, ni la relativa reticencia que el público tiene acerca de este grupo; My Chemical Romance cumplió con mis expectativas; lo mejor de todo es que no esperaba nada del concierto y ese fue el factor definitivo que hizo la diferencia.
Cuando llegas por lo general al Auditorio Nacional, Salón Vive Cuervo o Palacio de los Deportes, por lo general se siente un aura de excitación, pero esta ocasión lo que transpiraban los miles de adolescentes, era intranquilidad.
La cual se pude traducir fácilmente gracias a que era la primera vez que MCR le abría las puertas a sus fans mas acérrimos, el publico general.
Hace unos años el grupo piso México gracias a dos Shows privados que destruyo las ansias de su publico ya que se les negó devorar un concierto, que prometía emoción al por mayor.
Y después de tantos reclamos y angustias, por fin, extrañamente te encontrabas adentro del recinto (Palacio de los Deportes), angustiándote, gracias a los intentos desesperados del Staff, que prendían luces, sacaban cámaras profesionales (el concierto iba ser grabado en su totalidad) y probaban los instrumentos.
De pronto después de todo ese jugueteo entre los profesionales y tu, te apagan las luces inesperadamente, respiras, te levantas de tu asiento y ves con gran sorpresa como una pareja de paramédicos, sale al escenario empujando una camilla iluminada por un rojo intenso, para maravilla de todos los asistentes el loco de Gerard Way (vocal) salta de la camilla envuelto en una bata blanca e inmediatamente se levanta la gran cortina negra dejando entrever el resto del grupo que hasta con un Wong cargaban.
Tu veías el escenario, te impactaba, ya que en tus casi 20 años de vida, nunca habías observado un concierto que tuviera tanta producción; el escenario era una gran infraestructura que tenia movimiento, tenia plataformas y estaba inspirado en el estilo del disco llamado: “The Black Parade” el cual se basa en la critica a las guerras autoritarias, enfocándose en el reclamo hacia el gobierno americano.
El concierto fue pensado para relatar la historia de este disco conceptual y lo interpretaron en su totalidad, el momento que te emociono, fue algo idílico, casi perfecto, el uso de piroctenia y llamaradas alcanzo el punto álgido con la canción “Mama”, la cual literalmente habla de unos pequeños que le dicen a su Madre que se van a ir al infierno, todo por que se han portado mal con ella. Y efectivamente, durante la canción salieron cinco largas llamaradas, que danzaban intermitentemente, en ese momento se te olvido la música, simplemente sentías el calor de ese infierno, que aunque estabas lejos, se proyecto ante ti.
Y así siguió el concierto, tocaron su grandes éxitos, que fueron coreados por todo el publico. “Welcome to the black parade” fue un gran momento para todos los fans y para el grupo, se desbordo la excitación, tu la coreaste, tu hermano y tu familia, el juego de luces hacia que te metieras en la atmósfera y en el momento más inoportuno, empezaron a caer papelitos blancos y negros, recordándote, que estabas en un desfile que lentamente se convertía en una marcha fúnebre. Con “Famous Last Words”, llego el final del concierto. La gente esperaba el ya tan clásico encore, pero eso no fue lo que obtuviste, las cortinas negras descendieron y en el escenario apareció un Mariachi que amenizo la espera para algo ciertamente insospechado, ellos interpretaron, “El Rey” “Cielito Lindo” y “Canción Mixteca” ; la atmósfera se puso nostálgica, casi patriota, y eso, ya es ganancia.
Los Mariachis se despidieron, el grupo cambio de ropa (De militares muertos a chavitos de preparatoria) y de escenografia; evocando su segundo disco, el de las canciones emblemáticas y desesperadas: “ Three Cheers for Sweet Revenge”, que despertó el entusiasmo de tu ya cansado corazón; la canción que te hizo llorar fue “The Ghost of You” con una letra especial que te recordó los momentos tristes de tu Preparatoria. El público emocionado pedía Helena, pero esta canción, casi convertida en plegaria iba ser la última, por el momento tocaban las mejores canciones del disco y todo el Palacio de los Deportes retumbaba entre brincos, sonidos y las gracias incesantes que daba el vocalista.
La emoción llego al final en donde todos seguíamos los movimientos del grupo, los fuegos artificiales rojos se desplegaron y ellos dieron las “Gracias por nada”, México repitió incesantemente y cuando el grupo se volteo a ver animado e incrédulo de lo que había sucedido tu sentiste mucha alegría de estar ahí.
El concierto de My Chemical Romance, fue un suceso, el mejor concierto de mi vida con pocas esperanzas de que se vuelva a repetir.
Kissus; Arashistar*
"Mama, we all go to Hell"